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Spanking

El niño que vive en mí

El niño que vive en mí "A veces pienso que mis pies andan por un camino que seguiré siempre, y que poco a poco el centro de gravedad de mi ser se irá desplazando del mundo del día -del reino de las potencias universales organizadoras y reguladoras- al mundo de la imaginación. En este instante siento, como cuando a la edad de diecisiete años iba a ir a un baile por la noche, que el día es un espacio de tiempo sin significado, y que sólo a la llegada del oscurecer, al encenderse el primer astro y el primer cirio, volverán a ser las cosas lo que realmente son, y entonces saldrán a mi encuentro."

Isak Dinesen



Con esta bellísima frase de la escritora, que conoceréis por Memorias de Africa , Karen Blixer, de pseudónimo Isak Dinesen, he querido comenzar mi pequeña primera contribución a esta bitácora spankera.



Yo sigo siendo ese niño que imaginaba escenas, siempre tiernas y entrañables, de azotainas.Que cuando en una película o un cómic veía como a una traviesilla niña o mujer o a un traviesillo le daban sus nalgadas (bella palabra de tierras americanas), tumbados sobre las rodillas de un siempre justo/a spanker, sentía una extraña sensación muy sensual, alejada siempre de cualquier sensación violenta. Como a nuestra coleguilla spanke, más tarde y con la llegada de la pubertad y de la adolescencia estas sensaciones se ligaron definitivamente a mi sexualidad. Y todo esto, que con matices propios de cada cual creo que nos pasó a casi todos, es lo que nos une y es nuestro gran secreto, no siempre entendido por los demás. De ahí la magia de poder a través de este medio cibernético comunicarnos y compartir algo que sino difícilmente saldría a la luz. Algo que para nosotros es lo más alejado de la violencia y que entra a formar parte de un universo lleno de ternura, de tantas y tantas sensaciones en las que siempre prima el respeto y el cariño por la amiga o amigo que juega con nosotros.



Curioso mundo este del spanking, que como va ligado a sentimientos en muchas ocasiones nacidos en la infancia y muy sentidos a lo largo de todas nuestras diferentes etapas, quizá nos hace poder disfrutar o sonreír tiernamente tanto de un dibujo de una mamá o un papa dando unas nalgadas otk a una adolescente, sin que por eso sintamos deseo de realizarlo como forma de vida real, como que sintamos verdadero deseo cuando vemos una fotografía de una traviesa como vosotras que tiene el traserillo bien coloradote por haberse portado como una malcriada. Complejos y maravillosos sentimientos, sin duda.



Muchos de los aficionados de nuestra generación hemos hecho una verdadera travesía del desierto. Antes de Internet no había o era muy escasa la posibilidad de conocer gente que compartiese nuestro secreto más íntimo. Atrás quedan años de correspondencia epistolar con una anónima amiga de Barcelona que me contaba sus supuestamente reales historias, y que nunca quiso darse a conocer, o mis solicitudes por correo a un Sex-Shop barcelonés, de las revistas inglesas Februs y Janus, todo ello recibido en un anónimo apartado de correos.



Sin embargo yo nunca me sentí mal por mis gustos. Siempre supe que iban ligados a sensaciones tiernas y positivas, a sensaciones entrañables y cariñosas (que pesado con estas palabras), y me sentía seguro sabiendo que eran fantasías sanas y naturales que me proporcionaban placer y muy buenos ratos de lectura y visión de grandes dibujos y fotografias, compartidos, ejemmm eso si, la mayoría de las veces solo con mi manito.



Mi universo spankero ya lo conocéis por mis dibujos y relatillos. Anhelo el jugar con una amiga o varias ja! que sean algo malcriadas. Ponerlas en mi regazo , darles una regañina , bajarles las braguitas,, y todos esos rituales que nos hacen disfrutar y vivir ese momento mágico. Pero tampoco me obsesiono ya. Quizá sea este el peligro de nuestra afición, me gusta llamarla así, el que pueda crearte ansiedad y vivas solo para ella enganchado todo el día al PC. Si bien esto creo que es algo que varía según la personalidad del spankero. Todo es bueno siempre que no cree adicción. No es el caso de nuestra pandilla, por suerte. Tenemos nuestras vidas, profesiones y obligaciones y vivimos esto sanamente. Lo MARAVILLOSO es poder compartirlo.

En mi caso, y creo que en el de muchos, este gusto se une a otros quizá todos relacionados con el culito y el pudor. Los supositorios, la toma rectal de temperatura, enemitas quizá (esto nunca lo practiqué pero me atrae la postura al ponerlo), el sexo anal con mujeres lindas. Como ya sabéis los que me conocéis y siempre os machaco con ello, todo lo imagino en un ambiente hogareño o domestico. Quizá con variantes como es el ambiente escolar o médico, pero nunca ligado a un ambiente que yo considero sado y que para mí, y no deseo la verdad polemizar sobre ello, no tiene en absoluto nada que ver con el spanking, al menos con el mío.

Una cosa si que creo firmemente, y es que para disfrutar esto plenamente la otra parte debe tener a su vez los gustos similares, sino , sin complicidad , sin vivir juntos estas sensaciones , no se puede a la larga compartirlo. Si alguien se lo deja hacer por solo agradar y por cariño al spanker o spanke, nada es igual. Y además creo que se es spanker y/o spanke desde siempre, desde niño, y que nadie se puede aficionar a esto voluntariamente por mucho empeño que ponga y solo por agradar a otra persona. Esa es la realidad, o eso creo yo.



Como todos siempre sentí la curiosidad por saber como se nos originaban estos gustos y de esta forma habitualmente tan precóz. Leí sobre ello lo que pude conseguir y siempre es interesante hacerlo. Pero como creo que nos pasa a la mayoría, ya no es algo que me preocupe en demasía. Como decía el sabio abuelito (si, si, ese de la casita en el campo que te da azotainas en su regazo si te comportas mal y si te empachas te pone el enemita de hierbas de su jardín, je je ¡que viejillo más pícaro y encantador!), “si estás en el baile, baila”



Disfrutar amigos, dar amor y afecto al prójimo, hagamos este mundo más feliz y mmmm a las traviesas/os que se lo merezcan, por su bien, ponerles el culo bien rojillo.



Pues nada, ya escribí algo, a uno le gustaría poder haber expresado muchos más sentimientos, pero esperaremos a que baje la inspiración en otro momento.



Salud y amor a todos



Sr. Siete

4 comentarios

Me -

Estoy de acuerdo, para disfrutar tenemos que tener gustos similares porque advierto que aun en este mundo spank(sin entrar en el sado heavy) hay matices y matices y lo que tu nos muestras Sr. Siete, me parece solo lo disfrutamos o ansiamos un grupo reducido de personas. El mundo magico que nos devuelve a la infancia en donde solo se concibe el spanking con el trato infantil, muy ligth, ligado muy de cerca a la ternura y la proteccion y tambien a la picardia...uffff me maravillan y me hacen volar...porque??? no lo se aun y creo que ya me voy cansando de preguntarmelo.
Sr siete, lindo tu articulo, no se quien seas pero se me hace que eres un spanker super tierno.....Un besito

Sr Siete -

¡Mil gracias Uno! a mi también me encata lo que he leido de tí.Me llegra que encontaseis los dos la felicidad en el juego del spanking. Muchos besitos

La número Uno -

Me encantó el dibujo del artículo y me encantó el artículo, esa forma de escribir tan tuya que no es necesario averiguar quién eres, si has leído algún delicioso relato de este autor, lo reconocerás enseguida. Lo que no comparto del todo es eso de que no es posible, digamos "hacer un spanko", tengo buena experiencia con esto, ya la he contado y la volveré a contar aquí en breve. Me ha funcionado maravillosamente. Hay quien dice que mi spanker ya traía por ahí el espíritu spanko escondido... No lo sé, pero recuerdo muy bien su expresión de sorpresa y extrañeza cuando le dije lo que me gusta y lo que quería que hiciera... Y hoy, después de tres años... ¡no hay quien lo detenga!

Deu -

Otro maravilloso artículo que rememora las fuertes raices que surgen desde la infancia del spanking. En este caso también nos habla el articulista de los gustos que de esas fantasías sempiternas se desprenden aún a día de hoy. Hay algo de infantil en nuestros gustos? Yo opino que sí.