Compartiendo aficiones en la Web

Comienza entonces el proceso, el momento de intimar. Se supera el momento del corte y se hacen registros de nuevos usuarios en grupos de spanking (azotainas), los cuales se frecuentan más y más a menudo; las páginas de fotos, vídeos y relatos se descubren; y cada vez se es más consciente de la multitud de seres que viven ahí fuera y disfrutan con lo mismo que uno. Se empiezan a caer muros que dificultan la expresión, se establecen primeros vínculos y se desvelan secretos largamente ocultos con la mayor naturalidad. A partir de este punto los resultados y opciones son amplios y variados; desde personas que sólo desean tener contacto escrito y compartir una afición, que tienen una pareja real que comparte (o no) sus gustos, y que usan Internet como forma de unión en esa faceta personal, hasta parejas que se fortalecen con los contactos cibernáuticos y terminan siendo pareja en todos los demás aspectos de la vida, pasando por... personas que juguetean a través de una Web Cam, azotándose, desnudándose o excitándose ante otros... personas que deciden ir más allá y conocerse más íntimamente, en persona... y mil opciones más. En definitiva: Individuos liberados y liberales que disfrutan de su sexualidad de una forma adulta y consensuada, aceptando las oportunidades que se les ofrecen. Personas libres y con un alto concepto de sí mismas y de sus necesidades o preferencias.
¿Se puede mejorar esta situación? ¿Es la Web un obstáculo para vivir la vida real? ¿Hay una opción más fiable que las demás? ¿Qué otras formas de contacto son posibles? ¿A qué renunciamos al relacionarnos a través de este medio?
Firmado Ocho
2 comentarios
Merean -
Sr. Diez -
Atentamente,
Sr. Diez