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Spanking

Instrumentos

Y LO COMPRÉ YO MISMA

Y LO COMPRÉ YO MISMA Y lo compré yo misma, lo vi en una tienda, inesperadamente y fue amor a primera vista. Es de madera, tal cual lo veis en la foto, mide 35 centímetros y pesa mmm, pues no sé, unos 200 gramos. Es bastante recio y lleva una leyenda en el dorso, en lugar de spanking pone “Sauna y Massagebürste”, una pena pero no se puede tener todo.

Todo aquel fin de semana me lo pasé deseando que lo utilizara, sabía que no le gustaría demasiado pero siempre nos hacemos concesiones con los implementos, unos le gustan más a él y otros más a mi. Sabía que lo acabaría usando pero no tenía idea de en qué momento.

Por algún extraño milagro, parecía ser un fin de semana tranquilito, el spanker estaba de lo más vainilla así que por variar no caían lluvias de azotes por todas partes.

En nuestro último día juntos, casi sin venir a cuento y de forma completamente inesperada para mi, algo sacudió la paz, tranquilidad y vainilleo del spanker y agarrando el cepillo con ganas, me tumbó sobre sus rodillas y dio comienzo a lo que se acabó convirtiendo en una larga y dolorosa azotaina a cepillo.

Sufrí desde el primer azote, pataleé, rogué y supliqué que parara (no utilicé la palabra de seguridad, entre otras cosas porque no tenemos, podría haber dicho “Constantinopla” y tal vez la sorpresa o la curiosidad le hubiesen hecho parar).
Los azotes estaban siendo fuertes pero espaciados, creo que él mismo se dio cuenta de que tenía un “arma” dolorosa entre manos. Me azotó a conciencia, mis súplicas no consiguieron nada y mis insultos, que también hubo más de uno, tampoco. El castigo siguió y siguió hasta que el spanker se dio por satisfecho consiguiendo que balbucease algún tipo de disculpa o propósito de enmienda.

Para mi sorpresa y a pesar de que ya os digo que acabé con el culo completamente rojo y dolorido, el spanker justiciero consiguió encontrar humedad en lo que debería haber sido un desierto o una lija, es la primera vez que tras el sexo aún conservo el culo rojo y calentito.

Me gustaba el cepillo como implemento pero creo que son mejores otros tipos, más ligeros o cortos aunque éste se corresponda con imagen tradicional.
Las imprudencias se pagan, ya lo dice la Dirección general de Tráfico y el spanker justiciero.

Tane

FOTOS DEL MUNDO

FOTOS DEL MUNDO Sé que no me creereis, que pensareis que hice esta foto en algún oculto sex-shop pero os juro que no es así...

Acababa de llegar al aeropuerto de la ciudad alemana de Stuttgart y trataba de encontrar el enlace para el metro cuando de repente, en medio de un transitado pasillo, con cientos de personas yendo de un sitio a otro aparecieron los instrumentos que veis en la foto, QUE SÍ, DE VERDAD.
Así que me paré, saqué mi cámara de fotos (mientras mis amigos esperaban sin entender nada)e hice esta FOTO-TESTIMONIO.

Ole los alemanes desinhibidos y folklóricos.

Saludos a todos desde la más inhibida España, aquí los sex shops son todavía casi clandestinos.

Tane

¿Al spanko se le conoce por el instrumento?

¿Al spanko se le conoce por el instrumento? Muchísimas veces ha surgido el debate sobre que instrumento es el más apropiado para azotar, o cuales son las preferencias más extendidas. Lo más curioso es que, a pesar de que por lo general tanto spankers como spankees comparten opinión en posicionar la mano como el uso rey en el spanking, a la hora de unificar un implemento no hay acuerdo alguno.

Muchos spankers prefieren, canes, varas, fustas, (quizás tb los que se encuentren mas cercanos al BDSM que al spanking puro y duro), lo mismo pasa con sumisos, que suelen preferir objetos mas fetichistas, mas cercanos al mundo del D/s que los spankees.

Los spankees, entres los cuales me incluyo, tienen cierta tendencia a preferir instrumentos que estén cargados de un alto simbolismo educacional. La zapatilla, el cinturón, el cepillo, una regla de madera, un paddle, la vara en algunos casos, etc.

Sobre todo esto mucho se ha hablado, no voy a entrar a redundar en que el juego de los azotes como fantasía sexual no solo se centra en el dolor físico, sino en los roles, en el castigo como cambio de conducta, y en muchas otras cuestiones. Pero si quería dejar patente el hecho de que los gustos por un implemento u otro, (siempre tratando de no generalizar demasiado), nos descubren como amo/spanker o sumiso/spankee.

Es solo una opinión. Por supuesto no existe el porcentaje puro de spanker, ya que puede que le atraigan ciertos juegos de dominación; o al contrario, muchos amos se vuelven locos dando una azotaina con la mano sobre las rodillas. Afortunadamente ahí esta la gracia, en la variedad, multiculturalidad, interacción de roles, empatía, apertura, y de manera imprescindible el respeto.

Muchos besos

La spanktánea enmascarada.

Juguetes para Adultos

Juguetes para Adultos Dada mi infotorpeza habitual, he perdido años de buena vista haciendo que esta foto tuviese menos de 20 kb.

Encontré este bonito juguete para la bañera estando de paseo en uno de esos paises donde "ahorita" significa un lapso de tiempo comprendido entre un segundo y toda la vida. Allí estaba, en el escaparate de una tienda que no parecía un sex-shop y me acordé del Blog de Mr. Diez y de que le encantaría esta aportación al apartado de "Instrumentos".

Este juguete no está relacionado con los azotes pero sí con otras prácticas igualmente placenteras y en este caso solitarias. Lo encontré particularmente divertido aunque no sé si será muy eficaz en sus funciones.

Aprovecho la ocasión para sacar el tema de los juguetes para adultos (como los llaman en una tienda que conozco), su uso y disfrute. Por mi parte, conozco algunos y los encuentro muy divertidos y estimulantes. No tienen que ser necesariamente para jugar a solas, es más, creo que son mucho más divertidos si se usan con alguien.
¿Qué tal uno de estos juguetes tras una buena azotaina? Hace poco regalé uno y su propietaria está encantada, dice que se le ha abierto un mundo lleno de posibilidades, si os animais, contadme cómo os fue.

Saludos
Tane

Homenaje a la fusta

Homenaje a la fusta ¡Qué gran instrumento de castigo es la fusta! Pequeña, transportable, certera, precisa, es la mejor amiga del spanker moderno.

Adoro mis fustas. Para mí además de su valor práctico encierran un valor sentimental enorme. Una de ellas fue el primer regalo que me hizo el día que nos conocimos una persona a quien quiero mucho, sobra decir que ese mismo día la estrenamos. Otra fusta que tengo es retráctil, se hace más pequeña mediante un ingenioso sistema telescópico lo que la convierte en la fusta ideal del ejecutivo de nuestros días ya que cabe en su maletín. Esta fusta viaja conmigo y una mujer que disfruta de sus servicios siempre tiene la esperanza que me la haya olvidado en mis desplazamientos, pero parafraseando al título de una película sobre el secuestro de una niña en Irak mi lema es “no sin mi fusta”.

No quiero colocar el castigo basándose en fusta por encima o por debajo de otras prácticas. Por supuesto que nada puede sustituir a los azotes a mano, nada supera en intimidad y sensualidad a un buen otk tradicional. Y por supuesto el noble cinturón, que abandona sus presillas cuando el spanker se ve colmado por la santa indignación para irse a estrellar contra las nalgas no tan inocentes de la malvada spankee, es un compañero – siempre disponible – del spanker. Tal vez tiene el inconveniente de no ser preciso y puede escaparse a otras áreas en las que deje marcas inconvenientes. Su manejo, al menos en mi caso, requiere una gran destreza ya que no es preciso. Por otra parte la zapatilla y el cepillo son instrumentos muy hogareños, más bien femeninos, que tienen sus adeptos inquebrantables. A mí no me gustan tanto los instrumentos rígidos como reglas de madera, paletas o cepillos. Los objetos rígidos me producen una sensación de objeto peligroso, cosa que en la práctica no es así. Los látigos no me acaban de convencer ya que requieren, además de una gran pericia en su uso, una distancia demasiado grande de la spankee.

Hay algunos instrumentos que me atraen mucho pero con los cuales no he trabajado lo suficiente aún como es el cane. Por cierto conozco un spanker que creo que cultivaba sus propios canes en casa leyéndoles en inglés y abonándolas con productos caros de floristería. Me gustaría que me regalasen una cane, pequeña y flexible.

Volviendo a mi homenaje a la fusta quiero decir que esta fiel compañera es certera, precisa, no excesivamente dolorosa más bien su efecto es el de un picor repentino y estéticamente es un placer contemplarla. El sonido rítmico de una fusta restellando contra la piel de un glúteo de una spankee culpable de alguna falta es una música grata a los oídos.

Una buena sesión de spanking contiene en su primera fase un prolongado ritual de azotes sobre las rodillas, con la faldita levantada y las braguitas de algodón blancas bajadas a medio muslo. En una segunda etapa se le puede exigir a la spankee infractora que se quite la faldita y las braguitas, quedando desnuda de la cintura para abajo; de esta guisa se la puede hacer tumbar con el tronco descansando sobre una mesa y las piernas muy separadas, siendo esta la posición ideal para un castigo a la fusta. Incluso la fusta sirve para, de forma muy delicada, separar ligeramente sus labios para comprobar el efecto del castigo. Cuando da muestras de cansancio, hay que ver que considerados somos los spankers, se la puede acomodar tendida sobre la cama, con unos cojines bajo su pelvis, de forma tal que la eleve convenientemente para recibir la última dosis de fusta.

Luego colgamos la fusta en un lugar preeminente de la habitación y lo que viene después, queridas amigos y amigas, ya es otra historia...

Señor Diez