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Spanking

Dualidad vainilla-spanko

Dualidad vainilla-spanko Es probable (es más que probable, de hecho) que muchos spankers y spankees terminen compartiendo su día a día con una pareja vainilla. ¿Por qué? Pues porque no hay tantos spankófilos en nuestra vida cotidiana de los que echar mano y, porque, desgraciadamente, el amor y el deseo no siempre van de la mano. Existen parejas spanko, por supuesto, y no seré yo quien lo niegue, pero no son lo más habitual...

¿Qué pasa con todas esas parejas entonces? Suelen ser parejas (hablo de “soler” como sinónimo de... de “que hay de todo, como en botica”) con una relación de pareja (valga la redundancia) normal, ni mejor ni peor. Son parejas que disfrutan del sexo en común y que, por supuesto, comparten alegrías, sinsabores y éxitos como siempre se ha hecho entre pares de dos. Centrémonos en la frase “Disfrutan del sexo en común”... ¿Es cierta? ¿Cuando un spankófilo ha probado el spank... puede disfrutar del sexo convencional sin azotes previos? ¿Disfrutar de verdad? Tengamos en cuenta que, en el mundo en que vivimos, el sexo es cada vez una parte más importante (por no decir tristemente fundamental) del amor. ¿Dónde nos deja eso? Existen parejas (y muchos las conocemos) en las que uno de los dos ni siquiera sabe por dónde “resopla” el otro. Parejas que viven engañadas (al menos uno de ellos, repito) porque no saben que existe algo más allá que hace que se le vuelvan los ojos a quien duerme cada día a su lado en la cama. Parejas en las que uno de los dos es, casi irremisiblemente, una persona sexualmente frustrada, castrada, no del todo completa. También existen otras parejas en las que, subrepticiamente, el que tiene gustos fuera de lo vainilla busca y completa fuera lo que tiene en casa. Básicamente se parecen al primer tipo, pero en este segundo caso, la decisión que lleva a esa búsqueda suele ser fruto de largas meditaciones e, imagino, de necesidades insatisfechas que surgen de forma perentoria, y no se queda en frustración. Aquí es otra persona la... ¿engañada? Aún hay otro tipo de parejas; aquéllas en las que ambos saben lo que le gusta al otro, aunque no compartan sus gustos, y son capaces, en momentos de máximo amor, de practicar con ellos estas experiencias aun sin disfrutarlas, tan sólo para solaz de su ser amado... De hecho... ¡existe incluso un cuarto tipo de parejas!, quizás el más caro de ver; las que gozan de un diálogo abierto y una mente progresista (avanzada, extraña, incongruente, enferma... cada uno que aplique el calificativo que mejor le convenza) que, sabiendo lo que su “otra mitad” disfruta y a veces anhela, permiten que ésta tenga encuentros más o menos esporádicos que le permitan volver a casa con las pilas “recargadas” y su corazón al rojo.

Me gustaría recabar opiniones al respecto. ¿Qué debería anhelar? ¿Cuál es el tipo de pareja, aparte de la ideal-spanko, más satisfactorio? ¿Con cuál le haríais menos daño a vuestras parejas, a esas personas que están a vuestro lado porque comparten con vosotros el regalo absoluto, llamado amor? ¿El amor lo puede todo? ¿También la falta de azotes?

3 comentarios

Quince -

Una frase de lo que ha dicho 8 me queda dando vueltas en la cabeza ¿Cuando un spankófilo ha probado el spank... puede disfrutar del sexo convencional sin azotes previos? ¿Disfrutar de verdad?......Para mi la respuesta es clara, un rotundo NO. Si bien es cierto que coincidir con un spanko es menos probable, cuando esto ocurre es mágico.
No niego que el sexo en si mismo es grato, pero el morbo, el cosquilleo interno, y toda la gama de sensaciones que provoca el llevar a cabo una fantasía anidada en mis sueños febriles de infancia, guardada en secreto durante mi adolescencia, y grabada a fuego en mi mente, ESO, eso no tiene comparación. De hecho, creo que antes de probar el spank, tampoco disfrutaba de verdad el sexo convencional. Al menos no al 100%. Siempre es agradable y excitante el roce de dos pieles, pero es mejor el roce de dos pieles que desean lo mismo.
He probado sexo vainilla y mas aun, he probado azotes vainilla, que si bien se le agradecen al bien intencionado que intentó satisfacer mis deseos, simplemente no son lo mismo…….son azotes insípidos, fofos, faltos de lujuria, azotes tímidos y timoratos……NO, no hay nada como dejarte caer en piernas de quien disfruta en cada azote, de quien se hipnotiza con el tono rojizo de tu piel, de quien goza al provocarte esa mezcla de dolor y placer y vibra contigo en la misma frecuencia, y si a eso le sumas piel…es simplemente un pedacito cielo.
Firma Quince (Es la primera vez que escribo acá, perdonen la intromisión y mala redacción, pero es un tema en el que me cuesta no involucrarme)
P.d. Muchas gracias a quien me dio la dirección, he disfrutado leyéndolos.

10 -

El análisis de Ocho es muy cierto ya que, como bien dice ella "hay de todo como en botica". La raiz está en los términos estadísticos, debe haber 16 spankos cada 867 vainillas, eso hace que numéricamente los spankos coincidamos menos.

Por otra parte, si te fijas en la persona o a la larga en una pareja descubres a la persona que está a tu lado, y no está la compenetración spanka ¿qué has de hacer?. Uno de los caminos es, evidentemente, vivir la dicotomía entre tus gustos, preferencias, fantasías y necesidades y la experiencia de compartir muchas cosas con alguien menos "eso".

Creo que el llevar una doble vida es algo que no todo el mundo está dispuesto a hacer, incluso se dice que una mujer lo lleva peor que un hombre. Pero algunas veces es necesario hacer una serie de equilibrios, como si de platillos chinos se tratase.

Es un tema muy interesante pues, por lo que creo casi ningún spanko que conozco solo tiene o ha tenido contacto sexual con personas con los mismos gustos, por lo cual la cohabitación es un hecho real.

Anónimo -

Se me olvidó firmar. Lo siento. Soy Ocho.