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Spanking

Homenaje a la fusta

Homenaje a la fusta

¡Qué gran instrumento de castigo es la fusta! Pequeña, transportable, certera, precisa, es la mejor amiga del spanker moderno.

Adoro mis fustas. Para mí además de su valor práctico encierran un valor sentimental enorme. Una de ellas fue el primer regalo que me hizo el día que nos conocimos una persona a quien quiero mucho, sobra decir que ese mismo día la estrenamos. Otra fusta que tengo es retráctil, se hace más pequeña mediante un ingenioso sistema telescópico lo que la convierte en la fusta ideal del ejecutivo de nuestros días ya que cabe en su maletín. Esta fusta viaja conmigo y una mujer que disfruta de sus servicios siempre tiene la esperanza que me la haya olvidado en mis desplazamientos, pero parafraseando al título de una película sobre el secuestro de una niña en Irak mi lema es “no sin mi fusta”.

No quiero colocar el castigo basándose en fusta por encima o por debajo de otras prácticas. Por supuesto que nada puede sustituir a los azotes a mano, nada supera en intimidad y sensualidad a un buen otk tradicional. Y por supuesto el noble cinturón, que abandona sus presillas cuando el spanker se ve colmado por la santa indignación para irse a estrellar contra las nalgas no tan inocentes de la malvada spankee, es un compañero – siempre disponible – del spanker. Tal vez tiene el inconveniente de no ser preciso y puede escaparse a otras áreas en las que deje marcas inconvenientes. Su manejo, al menos en mi caso, requiere una gran destreza ya que no es preciso. Por otra parte la zapatilla y el cepillo son instrumentos muy hogareños, más bien femeninos, que tienen sus adeptos inquebrantables. A mí no me gustan tanto los instrumentos rígidos como reglas de madera, paletas o cepillos. Los objetos rígidos me producen una sensación de objeto peligroso, cosa que en la práctica no es así. Los látigos no me acaban de convencer ya que requieren, además de una gran pericia en su uso, una distancia demasiado grande de la spankee.

Hay algunos instrumentos que me atraen mucho pero con los cuales no he trabajado lo suficiente aún como es el cane. Por cierto conozco un spanker que creo que cultivaba sus propios canes en casa leyéndoles en inglés y abonándolas con productos caros de floristería. Me gustaría que me regalasen una cane, pequeña y flexible.

Volviendo a mi homenaje a la fusta quiero decir que esta fiel compañera es certera, precisa, no excesivamente dolorosa más bien su efecto es el de un picor repentino y estéticamente es un placer contemplarla. El sonido rítmico de una fusta restellando contra la piel de un glúteo de una spankee culpable de alguna falta es una música grata a los oídos.

Una buena sesión de spanking contiene en su primera fase un prolongado ritual de azotes sobre las rodillas, con la faldita levantada y las braguitas de algodón blancas bajadas a medio muslo. En una segunda etapa se le puede exigir a la spankee infractora que se quite la faldita y las braguitas, quedando desnuda de la cintura para abajo; de esta guisa se la puede hacer tumbar con el tronco descansando sobre una mesa y las piernas muy separadas, siendo esta la posición ideal para un castigo a la fusta. Incluso la fusta sirve para, de forma muy delicada, separar ligeramente sus labios para comprobar el efecto del castigo. Cuando da muestras de cansancio, hay que ver que considerados somos los spankers, se la puede acomodar tendida sobre la cama, con unos cojines bajo su pelvis, de forma tal que la eleve convenientemente para recibir la última dosis de fusta.

Luego colgamos la fusta en un lugar preeminente de la habitación y lo que viene después, queridas amigos y amigas, ya es otra historia...

Señor Diez

El spanking no es políticamente correcto.

El spanking no es políticamente correcto.

No, definitivamente el spanking no es políticamente correcto ¿y qué? Tal vez en lo así llamado “políticamente correcto” ha venido a recalar mucha bobaliconería y estamos ante uno de esos movimientos de péndulo que pasan de un extremo a otro.

Había una época en que en las películas de Hollywood las personas fumaban y bebían, las mujeres eran dóciles esposas o madres, los indios eran los malos y los negros solo ocupaban posiciones inferiores en la escala social. Los discursos en lengua española se pronunciaban en un masculíno mayestático que, supuestamente englobaba a todos los “géneros”, que por cierto solo eran telas por aquel entonces. No se oían frases como “los niños y las niñas, los economistos y las economistas, etc.” Se hacían chistes crueles sobre los “mariquitas”, “enanos”, “gordos”, “viejos” y, por supuesto, el lenguaje xenófobo formaba parte de la cotidianeidad.

Afortunadamente esa época ya ha quedado atrás y desde hace algunas décadas, el mayor respeto a la diversidad, la consideración hacia el “otro” siempre diferente y las luchas por los derechos de las personas oprimidas, discriminadas y ninguneadas han conquistado la palabra y han hecho de este lugar un mundo mejor, más respetuoso de los derechos humanos en todas sus dimensiones.

Este cambio, especialmente en el mundo anglosajón, se ha traducido en una espectacular modificación de la comunicación oral, escrita y gráfica. En su día, se llegó a la conclusión que el lenguaje no solamente era el espejo de un mundo lleno de prejuicios y discriminaciones, sino que era el vehículo que, precisamente, contribuía a perpetuarlas, ya sea mediante los medios de comunicación de masas o la enseñanza. Este descubrimiento llevó rápidamente al mundo anglosajón y detrás a todos, a denunciar, censurar, corregir, autocensurar todo vestigio de discriminación contenido en la expresión oral y escrita para crear un nuevo lenguaje y unas nuevas actitudes.

Ese lenguaje y conjunto de actitudes son las que hoy conocemos como lo “políticamente correcto”. Esto ha representado una auténtica revolución para el lenguaje del mundo desarrollado ya que es el fiel reflejo que muchas de las peores taras de la humanidad retroceden como la opresión del débil por parte del fuerte, la explotación, la discriminación del más desfavorecido o simplemente diferente, la desaparición del otro o ninguneo y otras tan aborrecibles como antiguas prácticas humanas.

Sin embargo como toda revolución o como todo movimiento pendular lo políticamente correcto no se ha visto liberado de incurrir en excesos. Muchos de estos excesos tienen que ver con la superficialidad, la confusión de la forma con el fondo y la imposición sectaria de la nueva verdad revelada. En muchos casos el resultado es un lenguaje ñoño, cursi, ridículo y forzado.Hemos de pensar que siempre existen mentecatos que siguen las modas de forma irreflexiva constituyéndose en su más compormetida avanzadilla. Este lenguaje y esta mentalidad en su versión exajerada produce directamente risa. En otros casos, esta forma de expresarse encubre la más clásica hipocresía muy útil para una coexistencia pacífica con el diferente pero sin mezclas ni convivencia real. Es otra forma de ignorar al diferente, por la vía de descafeinar el lenguaje de cargas afectivas aunque sean negativas.

La cosa es que el spanking es una práctica muy divertida si la pensamos a la luz de lo políticamente correcto. El spanking dibuja un mundo imaginario en donde las “niñas” y “niños” rebeldes reciben castigos físicos por faltas mínimas, en donde novias, esposas o secretarias que no actúan como “es debido” pueden verse expuestas a unos castigos humillantes como adultas que consisten en tenderlas sobre las rodillas del novio, marido o jefe y una vez convenientemente desnudadas sus posaderas ser nalgueadas sin contemplaciones, en algunos casos con posterior estancia en un rincón cara a la pared con su culito rojo. Ese es un mundo imposible para lo políticamente correcto.

Los relatos, los dibujos, las fotografías, videos y básicamente las fantasías de los spankos describen un mundo que solo puede escandalizar a aquellos seguidores enceguecidos por todo lo políticamente correcto. Terribles instituciones educativas en donde las internas son castigadas severamente por cometer faltas nimias, tíos severos y abusones, médicos autoritarios capaces de no solo nalguear a su joven paciente sino también aplicarles un enemita, agentes de tráfico prestos a sancionar físicamente con entusiasmo cualquier pequeña infracción contra el Código de Circulación, jefes alejados de las modernas teorías de gestión de Recursos Humanos que ante un pequeño error como el borrado de un archivo proceden a nalguear a la empleada que ha cometido el fallo, maridos que no toleran un pequeño fallo de sus mujeres en las tareas domésticas y un largo etc. Un mundo retrógrado, un orden social opresivo, unas relaciones machistas y autoritarias capaces de lograr la repulsa de los bienpensantes.

Todo lo anterior por no hablar del espinoso tema de la fascinación por la infancia y la adolescencia que, por tendencia natural, experimenta el spanko. Una mujer de más de treinta años vestida de colegiala es un espectáculo muy poco edificante. Un spanker como yo, más de una vez, al pasar por delante de un centro de bachillerato viendo a las jovencitas fumar y mostrar su tanguita ha pensado que debería ser designado Jefe de Estudios para, con métodos tradicionales, reestablecer el orden y la decencia en ese centro eductativo.

Paradójicamente la mayoría de spankees que conozco son mujeres plenamente contemporáneas, independientes, autosuficientes, rebeldes, inconformistas, llenas de iniciativas, brillantes en su actividad profesional y antes muertas que dejar que un hombre, sea padre, amante, jefe, amigo, hermano, novio o marido, decida cosas importantes con relación a su vida. Y para muchas es muy extraño el contraste entre sus ideas y realidades con el mundo jerarquizado y tradicional al que nos lleva la ensoñación spankera.

Yo mismo soy un hombre que creo en la diferencia de sexos (Vive la diference! Que dicen los franceses...) pero en la igualdad absoluta de derechos, de oportunidades, de poder y de jerarquía entre hombres y mujeres. Nací en una familia en donde mi madre trabajaba fuera de casa a la par de mi padre, he sido educado en el respeto y consideración hacia el papel de la mujer como persona en el mundo y en mi práctica profesional siempre he trabajado con mujeres y hombres tomando en cuenta su valía sólo basándome en parámetros de tipo profesional. En mi fuero interno muchas veces me he cuestionado ¿qué hace un chico como tú azotando a esta señorita por unas faltas mínimas que ha cometido? ¿Seré un machista, reaccionario y retrógrado dinosaurio autoritario? ¿Encierro un monstruo en mi interior?

Sin embargo, con mis amigas spankees hemos jugado a unos mundos de “papis” y “nenas”, “profesores” y “alumnas” o “jefes” y “subordinadas” en donde las palabras y los hechos harían rasgarse las vestiduras a los más avanzados acólitos de lo políticamente correcto.

Muchos spankers hombres y mujeres que conozco son los seres más tiernos, mejores personas y más dulces. Claro que cuando están metidos en rol te pueden dejar el culete muy rojo...

He comparado las contradicciones del spanking con las fantasías de sexo forzado que muchas mujeres me han contado o han relatado en chats y tablones. Esas mismas mujeres que repudian decididamente el horrible delito de violación, sin embargo son capaces de disfrutar y excitarse con fantasías y juegos de sexo forzado.

El spanking tiene un lenguaje, una estética y una iconografía que no encajan ni encajarán jamás en las vías estrechas de lo políticamente correcto. El spanking es para mentes abiertas, capaces de albergar en su interior dimensiones contradictorias en donde no se confunde el tocino con la velocidad.

Sin embargo ¿es el spanking una práctica retrógrada? Yo creo que no lo es sino todo lo contrario, es la liberación de unas fantasías comprimidas en nuestra mente, muchas veces empujadas al desván de nuestros cerebros por el temor a expresarlas como algo, justamente, poco correcto por infantil, retrógrado y hasta con una apariencia brutal.

Es fácil desmontar mis argumentos anteriores sobre el spanking entre spankers hombres y spankees mujeres ya que existen al menos tres variedades más que son spanking mujer-hombre, mujer-mujer y hombre-hombre ¿qué pasa con esas prácticas? Bueno, los spankees hombres han confesado en los tablones muchas veces que en su caso se produce una doble discriminación, por spankos y por la posibilidad que muchos piensen que su papel pasivo como receptor del castigo no es lo suficientemente viril. Es algo lamentable que incluso en el mundo spanko, por ideas machistas, estos refinados varones reciban la sombra de duda sobre su orientación sexual como objeto arrojadizo.

Las demás variantes en los participantes y su papel en el acto del azote contienen muchas enseñanzas. El spanking entre mujeres muchas veces implica un rol de poder y otro de sumisión a ese poder y no digamos el spanking entre hombres que, las más de las veces, está encerrado en guetos gay. Sin embargo la fantasía de recibir azotes eróticos por parte de otra mujer, o azotar a otra mujer está presente en muchas chicas spankees de perfil y conducta cien por cien heterosexual y el fantasearlo o llegar a realizarlo también es una liberación. Quizás para los hombres la frontera entre heterosexualidad y homosexualidad es más nítida e infranqueable que para las mujeres, pero igualmente se aplica lo anterior.

Con todos los argumentos que he dado no quiero, en modo alguno, negar los esperanzadores cambios que se han producido en los últimos cuarenta o cincuenta años en materia de aceptación de comportamientos sexuales antes considerados inconvenientes. Es un hecho que en los últimos años nuestra sociedad ha comenzado a admitir, poco a poco, comportamientos sexuales que salen de lo hasta ahora socialmente aceptado. Tal es el caso de la homosexualidad, especialmente el de aquellos homosexuales muy integrados, con medios económicos, que quieren casarse y llevar una vida vainilla de color rosa.

No obstante, dudo mucho que los millones de adeptos al spanking podamos llegar muy pronto a poder hablar sobre nuestro estilo de vida con la misma libertad e impudicia con que un joven matrimonio convencional explica sus proyectos reproductivos.

Sr. Diez

Pd. La ilustración me la proporcionó la niña Quince y corresponde, por casualidad, al mes y año de mi nacimiento.

Azotes... y después sexo...

Azotes... y después sexo...

A los aficionados a los azotes que nos damos cita en la red siempre nos gusta mucho hablar de los azotes. Algunas veces hablamos del sexo que viene inmediatamente después de los azotes, pero estas veces son las menos.

El sexo después de los azotes es maravilloso, encendido, enérgico, alocado, yo diría que nunca mediocre ni rutinario.

No pretendo aquí descalificar a los azotes sin sexo, práctica que respeto mucho ya que he jugado alguna vez a ese juego y una amiga mía que lo juega me ha confesado que le produce “agüitas” muy agradables.

Pero volvamos a nuestro tema, una sesión de azotes con un ritmo in crescendo va provocando una subida de la tensión erótica continua. Cualesquiera que sean sus variantes, regaño o no regaño, prolegómenos más o menos de forcejeo o acuerdo entre ambas partes, siempre y cuando el ritual incluya tiempos de expectativa y de contemplación de lo que está ocurriendo, como por ejemplo una spankee que aún no ha recibido su (merecido) castigo y simplemente espera que éste se inicie de un momento a otro con las nalgas al aire, mientras el spanker valora y se apercibe de la situación, ambos notan como el deseo va haciéndose cada vez mayor.

La excitación que puede llegar a provocar una sesión de spanking es enorme, al menos en mi experiencia, tanto por haberlo percibido en mi propia persona como en la spankee.

La lubricación genital en la mujer es un signo inequívoco de excitación, ahora bien, en sesiones de azotes esta lubricación, esto yo lo he visto, puede transformarse en auténtico chorreo vaginal. El spanker hombre, ya que es la experiencia con que cuento, puede estar un tanto abstraído ya que es la parte activa en la sesión de azotes, sin embargo su excitación le puede llegar a obnubilar los sentidos y puede alcanzar unas erecciones memorables. Una cierta contención, la dilación del momento del encuentro sexual, el permanecer en los roles del juego un largo rato, inflama aún más la pasión del momento.

Con lo cual, pasando por ese momento de inflexión que es el de la culminación de los azotes, que en muchas ocasiones es un tiempo de expresión de ternura y de calma. Consuelo verbal, masajitos con crema hidratante o trombolítica, secado de lágrimas si se produjeron y en muchas ocasiones este rato es como un respiro después de tal subida de tensión erótica. Estos momentos son, las más de las veces, el umbral del encuentro sexual propiamente dicho y permiten rebajar la tensión para que haya una transformación del juego de los azotes a un explosivo y placentero acto sexual.

Puede ser sexo con ritmo majestuoso, pero con unas montañas rusas de placer deliciosas. O puede ser sexo con ritmo frenético, casi desesperado en donde los amantes se buscan de todas las formas posibles e incluso de las imposibles. Puede ser sexo en silencio o con risotadas y muchas palabras. Pero en todos los casos es sexo muy vivo, sexo que nos hace sentir muy vivos, sexo muy intenso y es sexo que nos transporta a una dimensión de goce diferente.

Estoy seguro que alguien me tirará encima el Séptimo de Caballería al toque de corneta de “¿y qué pasa con los sentimientos?” Vale, los sentimientos son muy importantes unas veces, otras no tanto, pero aquí solo estábamos hablando de sexo. No confundamos el tocino con la velocidad.

¿Cómo me puedo expresar para describir la vivencia de una sesión sexual inmediata a unos azotes eróticos? Es difícil transmitirlo si no se ha vivido y se aprecian los azotes, claro está,. No querría recurrir al viejo tópico de compararlo con el sexo vainilla, ya que en el sexo son dos (en este caso) y sus circunstancias. Pero limitándome a mi experiencia puedo decir que los niveles de excitación y de placer obtenidos en una sesión de sexo después de proporcionar a la spankee unos buenos azotes son difícilmente alcanzables en otra modalidad sexual.

Sr. Diez

Vacas sádicas

Vacas sádicas

Oiga Don Diez!! Que es eso de que deben pesar menos de 20 kb las ilustraciones???? Así no se puede subri nada!! Vea nada más que dibujito tan chiquito tuve que cargar! buaaaaa! snif snif

Number 2 nojaa

Ahí está, más chirriquitita aún! >:(

Spanking y erotismo anal

Spanking y erotismo anal

Para muchos aficionados a las nalgadas eróticas, tal vez hablar de spanking y erotismo anal es ir muy lejos, para otros, probablemente entre ambos términos perciban un lazo indisoluble.

La relación entre la práctica del spanking y el placer sexual derivado de los juegos anales es algo que siempre me ha fascinado. Sin embargo lo muy limitado de mis conocimientos, el contexto sencillo de un blog y el no apoyarme en literatura especializada y en estudios de campo, den un alcance muy corto a este pequeño artículo que no pretende nada más que entretener e invitar a una reflexión sobre el tema.

Sin duda alguna los azotes que tanto nos gustan se aplican preferentemente sobre las nalgas, esa zona centra nuestra atención y nuestro interés erótico. Las nalgas son cómplices y encubridoras de esa parte tan desprestigiada, pero tan noble, de nuestro cuerpo que es el ano, vaya, el culo en sí.

Por una parte sobre el erotismo anal existe una gran represión social, el coito anal, por ejemplo es para mucha gente una actividad extravagante, sucia, impropia, pecaminosa, viciosa, propia de homosexuales masculinos, desviada y dolorosa.

Pero lo que yo creo es que a los spankos, en general, nos gusta el erotismo anal más que a la mayor parte de la población. Por una parte nuestro interés, de forma geográfica ya se orienta hacia el sur del cuerpo y por otra parte a muchos spankos nos gustan ciertas prácticas como algunos juegos médicos tales como supositorios, termómetros para tomar la temperatura rectal, enemitas, plugs y masajes de próstata. Esto sin contar muchas spankees que son fans del coito anal, con el cual incluso llegan a orgasmos explosivos.

Hasta aquí los hechos que he observado, sin ningún porcentaje o estadística por medio. Simple intuición, observación y escuchar lo que las personas de la comunidad spanko dicen. En este aspecto me gustaría recabar opiniones por si alguien coincide con mis observaciones, que no niegan que en las parejas heterosexuales vainilla se practique con gran placer el coito anal, o las caricias ano-rectales.... pero mi idea al respecto es que en los spankos existe una muy marcada tendencia al erotismo anal.

¿Las razones que pueda haber? Aquí si que no sabría que decir exactamente. Me parece que es más fácil hacer de Kinsey (por cierto, recomiendo la película) que de Freud. El primero nos descubrió que el coito anal en parejas heterosexuales era muchísimo más frecuente de lo que se creía. Y el primero ya por los albores del siglo pasado establece las tres célebres fases del desarrollo psicosexual del individuo que son la oral, anal y fálica.

La teoría de Freud se desarrolla durante cuarenta años más, hasta la muerte del famoso vienés barbudo y con ella surgen varias escuelas psicoanalíticas en plena producción hasta nuestros días.

En definitiva la teoría de Freud es que la primera fase del desarrollo del individuo la oral es una fase más pasiva en donde el recién nacido disfruta, como buen mamífero, de la alimentación y del contacto de su boca con la teta de la madre y la fase siguiente es más compleja. En la fase oral, el niño que ya está destetado, cosa que ha sido una cierta mala experiencia, comienza a controlar la expulsión de su organismo de todo aquello que le sobra, los excrementos. A su vez el niño en esta fase descubriría la posibilidad, un tanto sádica y a la vez masoquista de retener sus heces. Y para culminar el desarrollo psicosexual el erotismo finalmente migraría a lo genital, es la fase fálica.

En el lado más oscuro El Marqués de Sade escribió que los “libertinos”, como él llamaba a los que luego se han dado en llamar sado-masoquistas, tenían incluso preferencia por el coito anal sobre el vaginal.

Bueno, en unos cuantos párrafos he asesinado 20 años de trabajo del Dr. Kinsey y toda una vida de psicoanálisis del amigo Sigmund.

¿Somos los spankos parte de esa población descubierta por el zoólogo de Indiana aficionada a la puerta trasera, como se le llama al ano de forma alegórica? ¿O más bien somos un tanto infantiloides? Al fin y al cabo nos gustan los juegos de roles infantiles, todos tenemos recuerdos de infancia como muy bien nos explica la niña uno en su artículo o somos aún niños como afirma el Señor Siete en el suyo.

¿O la culpa de todo la tiene la OTK que nos pone las cosas fáciles?

Tal como había pensado, la gran empresa de explicar el por qué de mi observación permanecerá truncada. Tal vez vuestros comentarios y experiencias al respecto arrojen un poco de luz sobre este tema que jamás he visto discutir en los tablones de lengua española.

En todo caso, desde estas modestas líneas también quiero hacer una reivindicación de los juegos y placeres anales. Para ello no solo emplearé todos los argumentos de los sexólogos constructivos que nos hablan de lo bien inervada que está esa zona, que existen menos gérmenes en el ano que en la boca (pese a que siempre es conveniente el uso de preservativos y lubricantes con base acuosa) que el coito anal no tiene por que ser doloroso si hay excitación, confianza, lentitud y mucho lubricante y un largo etcétera. No, también me basaré, para vindicar estas prácticas denigradas por las cabezas bienpensantes en el placer de mucha gente, de muchos amigos spankos y en el mío propio para decir que spanking y erotismo anal son dos actividades que se llevan muy bien entre ellas.

Sr. Diez

El niño que vive en mí

El niño que vive en mí

"A veces pienso que mis pies andan por un camino que seguiré siempre, y que poco a poco el centro de gravedad de mi ser se irá desplazando del mundo del día -del reino de las potencias universales organizadoras y reguladoras- al mundo de la imaginación. En este instante siento, como cuando a la edad de diecisiete años iba a ir a un baile por la noche, que el día es un espacio de tiempo sin significado, y que sólo a la llegada del oscurecer, al encenderse el primer astro y el primer cirio, volverán a ser las cosas lo que realmente son, y entonces saldrán a mi encuentro."

Isak Dinesen



Con esta bellísima frase de la escritora, que conoceréis por Memorias de Africa , Karen Blixer, de pseudónimo Isak Dinesen, he querido comenzar mi pequeña primera contribución a esta bitácora spankera.



Yo sigo siendo ese niño que imaginaba escenas, siempre tiernas y entrañables, de azotainas.Que cuando en una película o un cómic veía como a una traviesilla niña o mujer o a un traviesillo le daban sus nalgadas (bella palabra de tierras americanas), tumbados sobre las rodillas de un siempre justo/a spanker, sentía una extraña sensación muy sensual, alejada siempre de cualquier sensación violenta. Como a nuestra coleguilla spanke, más tarde y con la llegada de la pubertad y de la adolescencia estas sensaciones se ligaron definitivamente a mi sexualidad. Y todo esto, que con matices propios de cada cual creo que nos pasó a casi todos, es lo que nos une y es nuestro gran secreto, no siempre entendido por los demás. De ahí la magia de poder a través de este medio cibernético comunicarnos y compartir algo que sino difícilmente saldría a la luz. Algo que para nosotros es lo más alejado de la violencia y que entra a formar parte de un universo lleno de ternura, de tantas y tantas sensaciones en las que siempre prima el respeto y el cariño por la amiga o amigo que juega con nosotros.



Curioso mundo este del spanking, que como va ligado a sentimientos en muchas ocasiones nacidos en la infancia y muy sentidos a lo largo de todas nuestras diferentes etapas, quizá nos hace poder disfrutar o sonreír tiernamente tanto de un dibujo de una mamá o un papa dando unas nalgadas otk a una adolescente, sin que por eso sintamos deseo de realizarlo como forma de vida real, como que sintamos verdadero deseo cuando vemos una fotografía de una traviesa como vosotras que tiene el traserillo bien coloradote por haberse portado como una malcriada. Complejos y maravillosos sentimientos, sin duda.



Muchos de los aficionados de nuestra generación hemos hecho una verdadera travesía del desierto. Antes de Internet no había o era muy escasa la posibilidad de conocer gente que compartiese nuestro secreto más íntimo. Atrás quedan años de correspondencia epistolar con una anónima amiga de Barcelona que me contaba sus supuestamente reales historias, y que nunca quiso darse a conocer, o mis solicitudes por correo a un Sex-Shop barcelonés, de las revistas inglesas Februs y Janus, todo ello recibido en un anónimo apartado de correos.



Sin embargo yo nunca me sentí mal por mis gustos. Siempre supe que iban ligados a sensaciones tiernas y positivas, a sensaciones entrañables y cariñosas (que pesado con estas palabras), y me sentía seguro sabiendo que eran fantasías sanas y naturales que me proporcionaban placer y muy buenos ratos de lectura y visión de grandes dibujos y fotografias, compartidos, ejemmm eso si, la mayoría de las veces solo con mi manito.



Mi universo spankero ya lo conocéis por mis dibujos y relatillos. Anhelo el jugar con una amiga o varias ja! que sean algo malcriadas. Ponerlas en mi regazo , darles una regañina , bajarles las braguitas,, y todos esos rituales que nos hacen disfrutar y vivir ese momento mágico. Pero tampoco me obsesiono ya. Quizá sea este el peligro de nuestra afición, me gusta llamarla así, el que pueda crearte ansiedad y vivas solo para ella enganchado todo el día al PC. Si bien esto creo que es algo que varía según la personalidad del spankero. Todo es bueno siempre que no cree adicción. No es el caso de nuestra pandilla, por suerte. Tenemos nuestras vidas, profesiones y obligaciones y vivimos esto sanamente. Lo MARAVILLOSO es poder compartirlo.

En mi caso, y creo que en el de muchos, este gusto se une a otros quizá todos relacionados con el culito y el pudor. Los supositorios, la toma rectal de temperatura, enemitas quizá (esto nunca lo practiqué pero me atrae la postura al ponerlo), el sexo anal con mujeres lindas. Como ya sabéis los que me conocéis y siempre os machaco con ello, todo lo imagino en un ambiente hogareño o domestico. Quizá con variantes como es el ambiente escolar o médico, pero nunca ligado a un ambiente que yo considero sado y que para mí, y no deseo la verdad polemizar sobre ello, no tiene en absoluto nada que ver con el spanking, al menos con el mío.

Una cosa si que creo firmemente, y es que para disfrutar esto plenamente la otra parte debe tener a su vez los gustos similares, sino , sin complicidad , sin vivir juntos estas sensaciones , no se puede a la larga compartirlo. Si alguien se lo deja hacer por solo agradar y por cariño al spanker o spanke, nada es igual. Y además creo que se es spanker y/o spanke desde siempre, desde niño, y que nadie se puede aficionar a esto voluntariamente por mucho empeño que ponga y solo por agradar a otra persona. Esa es la realidad, o eso creo yo.



Como todos siempre sentí la curiosidad por saber como se nos originaban estos gustos y de esta forma habitualmente tan precóz. Leí sobre ello lo que pude conseguir y siempre es interesante hacerlo. Pero como creo que nos pasa a la mayoría, ya no es algo que me preocupe en demasía. Como decía el sabio abuelito (si, si, ese de la casita en el campo que te da azotainas en su regazo si te comportas mal y si te empachas te pone el enemita de hierbas de su jardín, je je ¡que viejillo más pícaro y encantador!), “si estás en el baile, baila”



Disfrutar amigos, dar amor y afecto al prójimo, hagamos este mundo más feliz y mmmm a las traviesas/os que se lo merezcan, por su bien, ponerles el culo bien rojillo.



Pues nada, ya escribí algo, a uno le gustaría poder haber expresado muchos más sentimientos, pero esperaremos a que baje la inspiración en otro momento.



Salud y amor a todos



Sr. Siete

Dualidad vainilla-spanko

Dualidad vainilla-spanko

Es probable (es más que probable, de hecho) que muchos spankers y spankees terminen compartiendo su día a día con una pareja vainilla. ¿Por qué? Pues porque no hay tantos spankófilos en nuestra vida cotidiana de los que echar mano y, porque, desgraciadamente, el amor y el deseo no siempre van de la mano. Existen parejas spanko, por supuesto, y no seré yo quien lo niegue, pero no son lo más habitual...

¿Qué pasa con todas esas parejas entonces? Suelen ser parejas (hablo de “soler” como sinónimo de... de “que hay de todo, como en botica”) con una relación de pareja (valga la redundancia) normal, ni mejor ni peor. Son parejas que disfrutan del sexo en común y que, por supuesto, comparten alegrías, sinsabores y éxitos como siempre se ha hecho entre pares de dos. Centrémonos en la frase “Disfrutan del sexo en común”... ¿Es cierta? ¿Cuando un spankófilo ha probado el spank... puede disfrutar del sexo convencional sin azotes previos? ¿Disfrutar de verdad? Tengamos en cuenta que, en el mundo en que vivimos, el sexo es cada vez una parte más importante (por no decir tristemente fundamental) del amor. ¿Dónde nos deja eso? Existen parejas (y muchos las conocemos) en las que uno de los dos ni siquiera sabe por dónde “resopla” el otro. Parejas que viven engañadas (al menos uno de ellos, repito) porque no saben que existe algo más allá que hace que se le vuelvan los ojos a quien duerme cada día a su lado en la cama. Parejas en las que uno de los dos es, casi irremisiblemente, una persona sexualmente frustrada, castrada, no del todo completa. También existen otras parejas en las que, subrepticiamente, el que tiene gustos fuera de lo vainilla busca y completa fuera lo que tiene en casa. Básicamente se parecen al primer tipo, pero en este segundo caso, la decisión que lleva a esa búsqueda suele ser fruto de largas meditaciones e, imagino, de necesidades insatisfechas que surgen de forma perentoria, y no se queda en frustración. Aquí es otra persona la... ¿engañada? Aún hay otro tipo de parejas; aquéllas en las que ambos saben lo que le gusta al otro, aunque no compartan sus gustos, y son capaces, en momentos de máximo amor, de practicar con ellos estas experiencias aun sin disfrutarlas, tan sólo para solaz de su ser amado... De hecho... ¡existe incluso un cuarto tipo de parejas!, quizás el más caro de ver; las que gozan de un diálogo abierto y una mente progresista (avanzada, extraña, incongruente, enferma... cada uno que aplique el calificativo que mejor le convenza) que, sabiendo lo que su “otra mitad” disfruta y a veces anhela, permiten que ésta tenga encuentros más o menos esporádicos que le permitan volver a casa con las pilas “recargadas” y su corazón al rojo.

Me gustaría recabar opiniones al respecto. ¿Qué debería anhelar? ¿Cuál es el tipo de pareja, aparte de la ideal-spanko, más satisfactorio? ¿Con cuál le haríais menos daño a vuestras parejas, a esas personas que están a vuestro lado porque comparten con vosotros el regalo absoluto, llamado amor? ¿El amor lo puede todo? ¿También la falta de azotes?

spanking casual

spanking casual

Siento la demora en participar en el tablon. De veras no he tenido tiempo para respirar.
Bueno, tengo los ojitos al 10% de uso, pero tratare de hablar de un fenomeno muy comun: los azotes casuales.

No recordais la imagen en el mundo deportivo, especialmente en el futbol cuando dos jugadores se dan un cachete? son azotes casuales, sin carga, asi... como el que no quiere la cosa...

Entre amigas es muy tipico este comportamiento tambien. Estan hablando tranquilamente, y cuando se despiden una le da un azote suave a la otra. Tambien se da el caso cuando una chica quiere meter prisa a otra. O para llamar su atencion o saludarla, llegar por detras y darle un cachete, para que ésta se de la vuelta y asi entablar la conversacion. Son muchas las maneras en que sucede esto. Yo tenia incluso una jefa, que permanentemente me daba azotes en el culo cada vez que pasaba a mis espaldas, y esto era muy a menudo. Me pregunto si todos estos azotes casuales, no lo son tanto en su naturaleza, y si guardan algo de instinto spankero reprimido que salta a la primera oportunidad posible. Y que oportunidad posee menos carga simbolica o sexual? Cuando dos amigas estan hablando...

besos y azotes, jovenzuelos y jovenzuelas

Fdo: Neun

Una nueva forma de relacionarse

Una nueva forma de relacionarse

El ciber, manera -pareciera hasta ahora imprescindible- de conocer personas afines en cuanto a nuestro gusto por las nalgadas y los azotes- está ocasionando un modo diferente de relacionarnos con nuestros congéneres.
¿Cuándo habíamos hablado antes a la primera de cambios, con un prácticamente desconocido, de nuestros gustos sexuales más subterráneos? Y yo me atrevería a aventurar que, en muchas ocasiones, ¿cuándo nos habíamos puesto a hablar punto, con quien sea, de nuestros gustos sexuales más íntimos? (incluyo a la pareja). Porque con estas “almas gemelas” no sólo hablamos ciber y en real de que nos guste dar o recibir nalgadas, hablamos de paso de si nos gusta hacerlo de cabeza, en el elevador, analmente, de si nos tragamos o no el semen, y de un montón más de gustos y disgusto que, incluso, va uno descubriendo al hablarlos con otros, enriqueciendo así nuestro inventario de recursos sexuales, que, de otra forma, muy posiblemente no habríamos obtenido nunca.
¿Cuántas veces tuvimos aproximaciones sexuales con simplemente amigos? Los amigos eran eso, amigos, ¡asexuados casi!, pero ahora, sí estamos dispuestos de pronto a dejarle ver y tocar nuestras nalgas a un amigo, y si el apuro nos gana, muy posiblemente acabemos cogiendo con él, y seguiremos siendo buenos amigos. Meterse en la cama sin embargo con una migo vainilla, generalmente trae cola.
En muchas ocasiones ¿cuántas veces nos hemos relacionado de una forma más íntima con un hombre o una mujer casados, y además sin poner en riesgo ni su relación ni tu salud emocional, ni la amistad? y todo sea por el gustazo de compartir tamaña pasión?
Se han preguntado si, este/a compañero/a con quien juegan tan rico, ¿les habría llamado la atención como para intimar sexualmente, de haberlo/a visto así de primera mano en un fiesta, en un bar o en el supermercado?
El conocimiento de una persona a través de sus palabras únicamente (ciber), nos permite más rápidamente valorarla y dimensionarla de forma diferente a que si la tuviéramos frente a frente.
En fin, que parece que el ciber mete velocidad turbo al conocimiento de algunas personas, y al surgimiento del cariño que, en la vida real, nos habría tomado el triple de tiempo, en parte también porque, ¿cuántas veces vemos a nuestra gente en la vida real? ¿No pasa que coincidimos muchas más veces, ciber, con esta nueva casta de amigos?
Bueno, hasta aquí llego, muchas ideas se me quedaron en el tintero pero, no quiero eternizarme, y también la verdad es que soy un desorden, ¡y ya ni me acuerdo qué más quería decir!! jaaaaaa!!

Un beso

Number Two… ó 2… para los que no hablan inglés :p

Compartiendo aficiones en la Web

Compartiendo aficiones en la Web

Una mayoría aplastante de spankers (azotadores/as) y spankees (azotados/as) descubren que no están solos cuando entran en Internet. Hay muchas personas que piensan (en el peor de los casos) que sufren de algún tipo de problema mental incomprensible, intratable y, por supuesto, inexplicable en voz alta, una parafilia no apta para todos los públicos. También hay muchos que piensan (en el mejor de los casos) que su sexualidad es variada y excitante, pero que, lamentablemente, incluye preferencias que no se pueden compartir con... “cualquiera”. Son muy pocos los que encuentran a alguien que comparta su “afición” de una forma natural, o sea, en la calle, en la interacción directa con otras personas, en la vida cotidiana. Pero todos ellos, un día, han entrado en Internet, han tecleado una palabra en un buscador, y han descubierto todo un mundo de personas afines. Y, en ese momento, la vida cambia, las amistades se amplían, las mordazas se caen, y todo parece más fácil y más accesible.



Comienza entonces el proceso, el momento de intimar. Se supera el momento del “corte” y se hacen registros de nuevos usuarios en grupos de spanking (azotainas), los cuales se frecuentan más y más a menudo; las páginas de fotos, vídeos y relatos se descubren; y cada vez se es más consciente de la multitud de seres que viven ahí fuera y disfrutan con lo mismo que uno. Se empiezan a caer muros que dificultan la expresión, se establecen primeros vínculos y se desvelan secretos largamente ocultos con la mayor naturalidad. A partir de este punto los resultados y opciones son amplios y variados; desde personas que sólo desean tener contacto escrito y compartir una afición, que tienen una pareja real que comparte (o no) sus gustos, y que usan Internet como forma de unión en esa faceta personal, hasta parejas que se fortalecen con los contactos cibernáuticos y terminan siendo pareja en todos los demás aspectos de la vida, pasando por... personas que juguetean a través de una Web Cam, azotándose, desnudándose o excitándose ante otros... personas que deciden ir más allá y conocerse más íntimamente, en persona... y mil opciones más. En definitiva: Individuos liberados y liberales que disfrutan de su sexualidad de una forma adulta y consensuada, aceptando las oportunidades que se les ofrecen. Personas libres y con un alto concepto de sí mismas y de sus necesidades o preferencias.



¿Se puede mejorar esta situación? ¿Es la Web un obstáculo para vivir la vida real? ¿Hay una opción más “fiable” que las demás? ¿Qué otras formas de contacto son posibles? ¿A qué renunciamos al relacionarnos a través de este medio?

Firmado Ocho

Es realmente difícil escribir un spanko-blog?

Es realmente difícil escribir un spanko-blog?

La pregunta es si es difícil escribir un blog. Realmente es un lenguaje íntimo que se presta enormemente a nuestro tema predilecto que es el de los azotes eróticos.

Mi idea es que existen muchos más spankos de lo que creemos. Hoy comencé a hablar con una chica de temas de este tipo y vi un gran interés en la forma en que seguía la conversación. Por motivos de trabajo he de hacer un corto viaje con ella, creo que sabré más. Opinais que es difícil abordar este tema con alguien con quien no se ha roto el hielo que representa una simple relación de conocimiento o incluso de amistad?

Pero volvamos a lo nuestro ¿es difícil escribir un blog sobre spanking? ¿qué interés puede tener? ¿Un blog o varios conectados?

Personalmente creo que sería muy positivo ir difundiendo blogs entrelazados con experiencias personales y comentarios a la vez unidos a grupos y webs en castellano sobre el tema.

Firmado Diez

Hay 6 comentario/s de este artículo.
Tane:
En mi caso lo considero casi imposible, no sería capaz de sacar este tema de conversación e incluso, no creo que fuese capaz de seguirlo si lo sacase mi interlocutor. Tampoco se me ha dado nunca el caso. Mucha gente habla de sexo, los más atrevidos cuentan alguna batalla pero pocos son los que profundizan en fantasías o "perversiones". De todas formas, no sé qué cara pondría si algún conocido me hiciese comentario relacionado.
2005.03.02 19:45 email: tane89 (arroba) yahoo.es

10:
bueno yo he tenido la suerte de estar rodeada de personas bastante liberales, se me han dado casos como de ir con un conocido a comprar una fusta, he dicho conocido, no amigo, pq hemos empezado a hablar del tema... y justo tenia que hacerlo, asi q fuimos ambos. Con mis amigos ocurre igual, nuestros gustos sexuales son bastante explicitos, si bien no saben exactamente que soy spankofila o que tipo de rol me gusta... si saben que soy antivainilleo en la cama.

besos
2005.03.03 00:12

9:
Parece que esto se anima y los comentarios son interesantes...
2005.03.03 00:57

4:
Una amiga se entero de mis gustos, por casualidad, ya que estaba frente a mi pc y leyo uno de mis emails, al principio lo tomo como algo muy natural, ella es una persona muy liberada, pero con el correr del tiempo, me di cuenta que no es tan asi, ya que no entiende muy bien de que se trata ni de que pueda gustarme, asi que he tratado de no volver a tocar el tema con ella y le resto importancia si lo menciona.
Es un tema que nunca mas me atreveria a mencionar a mis conocidos.
2005.03.03 03:39 email: amigospankoyahoo.es

2:
Qué cosa es un bloooooooog!! buaaaaa!
y sobre lo que han comentado otros, pues mi experiencia fue en un principio buena al hablar de mi gusto con amigos vainilla, sin embargo, después no lo fue tanto ya, porque a unos les dio por bromearme con eso en frente de todo el mundo, y a la otra se le escapó de la manera más estúpida frente a otro muy buen amigo que no tenía ni idea de ello y el cual comentó: ah sí?, eso no lo sabía!, y yo, con la cara colorada de bochorno y el hígado inflamado de enojo infinito queriendo asesinar a mi amiga!!
Así que, ahora me voy con mucho tiento al hablar de ello y sigo con la penilla de no poder explicar los intrínsecus del juego y sólo llego hasta el: Me gusta que me den nalgadas y pongo una digna poker face. Ja!
un beso
2005.03.03 04:43

8:
Este tema es muy difícil de abordar, pero siempre depende del interlocutor. La persona que me introdujo a mí en este mundo me conoció en un ciber y comenzó, de la forma más natural del mundo (pero poquito a poco, claro) a contarme cosas y a enseñarme webs, chats, etc., sobre el tema. Él dice que "se me veía en la cara", pero yo no lo noto por más que me miro al espejo... Desde entonces, me he vuelto mucho más liberal de lo que era, y aunque no hablo de spank abiertamente, sí hablo de sexo y de porno sin complejos. En la actualidad mis mejores amigos saben de mis gustos y, aunque no los comparten, los respetan como una característica mía más. Supongo que ya tengo más que muchos, así que no me quejo...
2005.03.03 09:30

¿Hay azotes ingenuos?

¿Hay azotes ingenuos?

Puede haber azotes ingenuos, casi con sabor avainillado, light y bajos en cafeína.

Una vez accedí a azotar a una hermosa mujer joven con un pacto de exclusión de sexo... ya que ella quería seguir siendo fiel a su novio. Aquí me viene a la mente la frase del Gran Bill Clinton "oral sex is not sex!". Donde está el límite?

Podemos dar o recibir azotes de baja intensidad sexual. Mi idea es que los azotes en las nalgas siempre están sexualizados, de una forma o de otra. Pero tal vez alguien pueda rebatirlo. De ahí que los educadores que han propiciado la abolición de los azotes a los niños hayan aducido precisamente eso, el carácter siempre sexual de los azotes.

Hace muchos años, en tiempos del inicio de la transcición polítca en España traduje para una revista un artículo muy morboso sobre la Orden de los Flagelantes, unos frailes que azotaban a aquellas feligresas que hubiesen pecado o bien se hacían azotar por ellas, esta orden duró muchos años hasta que a los benos hermanos el Papa, después de un estudio del Santo Oficio (Inquisición) determinó el carácter sexual de esta práctica... lo sorprendente es que esto ocurriese más de tres siglos antes que Sigmund Freud estudiase la carrera de medicina.

La "ingenuidad" de unos azotes es hipocresía, es ingenuidad pura y dura, es un juego que aumenta el morbo?

Firmado Diez

Lo reconozco, me gustan los azotes.

Lo reconozco, me gustan los azotes.

Sí señora, sí señor, es cierto, lo reconozco, me gustan los azotes, las nalgadas, el spanking, los chirlos, la fesée... ¿hace falta que diga que deben ser entre adultos y con previo consentimiento? Me gusta darlos en lindos culos femeninos, me gusta verlos como los dan, me gusta hablar de ellos, me relaja pensar en ellos, me gusta soñar con ellos...

Tal vez a ti te pase lo mismo que a mi y que a muchos miles, me atrevería a decir millones de personas que les gusta dar o recibir azotes, los más privilegiados les gustan ambas cosas y les dan nombre de interruptor en inglés o sea "switch", en la realidad o en la imaginación.

Si esto es así o simplemente eres curioso o curiosa y, claro está, mayor de edad de acuerdo a las leyes de tu país, bienvenida o bienvenido a este blog.

Firmado Diez